Gartziategi (Astigarraga): Ene 30, 2016

Coincidiendo con Caldereros, visitamos Gartziategi, la primera sidrería para algunos, hace unos 25 años.

Asistentes: Ana, Teresa, Johnny, Josetxu, Edu, Nesss

Previo

Tras la llegada de la peña en Pesa desde Bilbao, Josetxu y Nesss empiezan el poteillo en Hernani. Al ver el estado que empieza a tomar la temporada, van en bus a Astigarraga tras comprobar que las dantzaris jóvenes tienen hueso de la risa. En Astigarraga cometen el error de tomar kalimotxos txikis donde antaño sirvió Galadriel su rica hidromiel. Librándoles del mal sabor de boca, llegados Ana y Edu van al bar nuevo que a pesar del aspecto moderno, deja mejor sabor. Luego cae alguno más en bares poco habituales, el primero con olor a rabas, y en el segundo, ya con Teresa y Johnny, destaca Josetxu haciendo de pala excavadora con el cuenco de manises. Luego vamos andando a la sidrería, cruzándose con gente (más bien gabatxos) bastante perjudicada en dirección contraria; uno con la cara pintada de negro y cola de marsupilami (ya hemos dicho que eran gabatxos, así que nada fuera de lo común). Nesss hace de samaritano con las chicas que esperaban el bus a la puerta de la sidre y les da las indicaciones que necesitaban.

Sidrería

Aunque el paisaje exterior ha cambiado debido a la variante, por dentro se conserva como siempre, lo que es de agradecer (muerte al cristal, la imitación a madera, y la vajilla de diseño). Mesas junto a las kupelas visibles, pero hay otras kupelas tras dos puertas cerradas que el txotxero joven abre de vez en cuando tras gritar Txoootx a la concurrencia; como debe ser. La primera que probamos, la 18, resulta ser ácida de cojones lo que provoca maldiciones en el paladar de Edu. La 14 es la única abierta de continuo. Nos ponen en una mesa corrida con una pareja que no dio mucho juego, con la salvedad que se comenta más adelante en la sección sobre la tortilla.

En cuanto a la comida, lo que parecían ser extrañas olivas negras gigantes de aperitvo resultaron ser deliciosas morcillitas, bravo por la originalidad. La tortilla enorme y jugosa de bakalao estaba perfecta para algunos y tenía poca sal para otros, así que Josetxu hace la jugada de quitar un puñado de sal al plato extra que se habían pedido la pareja de al lado y echarlo al unte del plato, lo que le valió numerosas críticas de los conocidos untadores. Después, seis hermosas tajadas de bakalao, con sus generosas pimientadas verdes que ni tres Josunes podrían arramblar con ellas (lo que sirve para recordar una vieja conversación de Edu a Josune sobre el puente colgante que habría puesto desde la margen izquierda... a la margen izquierda); aunque el ataque al bakalao comienza con un tumultuoso juego de codos que ya quisieran en la NBA, luego baja la tensión y hay bakalao para acabar todos saciados, estaba excelente. Nos avisan que serán dos txuletas, primero una y luego otra (sic); y así fue, la primera quizá con demasiada grasa y que no se dejaba roer pero deliciosa a pesar del asesinato que le perpetró Johnny con el cuchillo; la segunda sin el problema de la grasa, deliciosa. De postre, buena ración de queso, nueces (demasiado negras) y membrillo. En total, la cuenta fue de 171,07€ (mismo precio que en Zelaia para 4), 29€ cada.

En la kupela 14 Edu triunfa con su camiseta de txotxero: "Me abressss?", le preguntan a Edu una tras otra; incluso acude un niño para llenar el vaso ("Es para mi padre, eh?"). La sidra no estaba para nada tan buena como en Zelaia... pero es que aquella era insuperable. Muchos gabatxos de comportamiento no recomendable para la convivencia en armonía (incluso con jarras en el txotx), descatando la gafotas que se cambió tres veces de abrigo, a cual más horrible, y que le ponía ojitos a Edu hasta que Ana la fulminó con su mirada. Johnny gasta la batería de la cámara con sus reportajes fotográficos conceptuales (inolvidable el selfie donde destacan los dientes de Nesss), la kolategi vuelve a las andadas, Josetxu y Nesss con la mirada perdida en los vaqueros de la mesa de al lado, visita a las alturas para ver bien el KK-Leku (donde Ana y Edu estrenan rollazo de papel de mano de la txoxera), y así fuimos pasando el rato. Kupelas de poliéster en el pasillo estrecho de los txotxes, una de ellas reventada por el tiempo. La 13 no gustó mucho a Nesss, aunque la bebió alguna vez más, y lo mismo pasó con la 18 y Edu, que aunque le dió otra oportunidad al final, no pudo decir su frase de que todo es relativo: seguía sin gustarle.

Epílogo

Vuelta a Astigarraga, donde el camarero habitual del Rosita reclama la presencia en la barra de Edu; si, todos echamos en falta los viejos tiempos de la Sagardo Bira. Johnny y Edu vuelven a demostrarse mutuamente su amor y ante las cámaras. Después, Ana y Edu marchan y les cuesta 40 minutos que llegara el bus de Donosti. Los demás acaban bebiendo lo que pueden y más a lo largo del irlandés, el Bukoi y tal y cual. Tere y Johnny son los siguientes en partir aprovechando el horario del bus nocturno. Y Josetxu y Nesss acaban esperando un buen rato a que vuelva el bus con unas que parece que bebieron también. Al llegar a Hernani nada abierto, por lo que nos fuimos a dormirla, no sin antes discutir sobre música con un vecino noctámbulo.

Al día siguiente de pintxos por Donosti hubo mucho pulpo, manitas, mucho seso (sin x), comida de morros, y muchas miraditas de la ex de Nesss en la gran traca final hasta la despedida de los maños en la estación de tren.